Michelangelo
Buonarroti pule la piedra hasta convertirla en arte. Es el escultor, una de sus
tantas facetas artísticas. ¿Pero de dónde viene su inspiración? La idea de lo
divino sobrevuela toda la película y asocia inevitablemente al artista con su
obra para la iglesia católica: La bóveda de la Capilla Sixtina, La Piedad, El
David, El Moisés, El Juicio Final y La Cúpula de San Pedro entre otras.
No
se trata de un documental, aunque tenga mucho de ello, sino de un film
didáctico. Aquel que se apoya en la valiosa información sobre el artista que
puede escucharse en cualquier visita guiada.
Giorgio
Vasari (el primero de los historiadores sobre artistas, aparece en escena
mirando a cámara y nos relata los comienzos de Miguel Ángel, sus motivaciones y
los vaivenes ante cada uno de sus trabajos. Información aledaña completada por
el propio Miguel Ángel en un iluminadísimo taller (otra vez la idea de la
divinidad en la concepción de su arte) mientras reflexiona sobre su trabajo.
Por último tenemos una cámara descriptiva que recorre cada obra propiamente
dicha, en el lugar donde hoy se encuentra. La voz en off relata sus
significados como si se tratara de un crítico de arte hablándole al público.
Este
film dirigido por Emanuele Imbucci, protagonizado por Enrico Lo Verso e Ivano
Marescotti y producido por Magnitudo Film y Sky Italia, en colaboración con
Vatican Museums y Galleries Vatican Media, es claramente sobre el artista pero
también sobre el evangelio y su poder divino. Miguel Ángel entra y sale de
escena como el enviado del más allá que ejecutó el plan del Gran creador en una
obra imposible para un hombre y eterna para la historia de la humanidad.