El
penumbroso sótano en el barrio porteño de "El Once " es donde
transcurre esta historia, ideada como Taller del Schneider (sastre remendón),
quien luego de 30 años recibe a su hija para desatar las improntas por
ausencias, lejanías y la pérdida de una esposa-madre, en una equilibrada mezcla
de diálogos poéticos, cargados de emoción, culpas y remordimientos, puestos
para una relación tan afectiva como alejada. El sastre hurga en su historia y
devela quienes somos fundacionalmente. De espaldas abatidas por el peso de la
vida, los intérpretes reflejan lo que todos buscamos: amar y ser amados. La particularidad
es cómo llevarán a cabo ese objetivo.