Los
bailes populares en los clubes sociales y deportivos en Buenos Aires marcaron
una época de oro del tango. En ese periodo florecen la mayor parte de sus
mejores orquestas, tienen lugar grabaciones antológicas, así como su extensa
difusión por la radio y, además, el baile se masifica. Esos bailes populares
son organizados en las pistas de aquellos clubes barriales y sus
"soirées" son animadas por aquellas grandes orquestas.
La
presencia continua en los clubes de esas orquestas, hoy consideradas como
"próceres" de esta música, alcanzó una extensión tal en aquellos
días, que se consideraba como un hecho ordinario. A contrapelo de las historias
propias de la mitología tanguera, que transcurren en las orillas, los puertos,
los prostíbulos y en los cabarets.
La
obra de pretende rescatar, de ese entorno, ese espíritu: el de "la
milonga"; como evento social en el cual convergen distintas historias y
relaciones sociales.
La
puesta, dirigida por Pablo Cenoz, es protagonizada por Elba Felice, Mabel
Malbos, Zulema Napp, María Ángeles de Santo y María Marta Vidas con producción
de Atahualpa Pintos.