En diciembre de 1962 la Comedia Nacional Argentina -cuya
sede oficial era el Teatro Nacional Cervantes- se presentó en nuestra sala con
una nueva producción de la obra "Relojero" de Armando Discépolo. Con
dirección escénica del propio autor y un elenco conformado por Elisa Stella,
Gianni Lunadei, Alejandro Anderson, Rafael Rinaldi, Fanny Brena, Mario Giusti y
escenografía de German Gelpi, esta nueva versión se había reestrenado el año
anterior en Buenos Aires y cumplía de alguna manera la función de homenajear
oficialmente a un autor que se encontraba celebrando medio siglo de actividad
teatral cuya producción -aunque hoy nos
parezca extraño- no gozaba aún del reconocimiento indiscutido que tendría
décadas más tarde.
Se han intentado varias hipótesis para comprender las
razones que pudo haber tenido para tomar esta decisión súbita y en cierto modo
inexplicable: agotamiento del género creado por él (grotesco criollo),
cansancio moral, nuevas tendencias teatrales, etc.; el caso es que
irónicamente, y como reafirmando su decisión casi veinte años después, la
recepción de esta nueva puesta fue recibida por la crítica con menos entusiasmo
aún que la de su estreno original.
Habría que esperar hasta 1969 para poder dimensionar en su
justa medida la importancia de Armando Discépolo en el teatro argentino del
siglo veinte. La Editorial Jorge Alvarez publicó ese año una selección de sus
obras con un notable estudio de David Viñas a modo de prólogo que reivindicaría
para siempre su obra. En fecha más reciente el investigador Osvaldo Pelletieri
lo ha definido como el autor más importante de toda la dramaturgia nacional.