“La particularidad de esta muestra es la variedad y técnicas
con la que concebí la obra donde predomina la etapa oscura de la desaparición
de personas”, afirmó la artista, mediante la exposición de extraños e
inquietantes bultos que exigen de cada uno, una reflexión acerca de la tortura
y destrucción de los cuerpos.
Valdés viene desarrollando exposiciones desde 1965 y tiene
una extensa experiencia en trabajos con
relación a los Derechos Humanos.
En esta exposición que permanecerá abierta al público
diariamente hasta el 2 de junio se destaca la pieza bajo el nombre “libro de
artista”. Se trata de “un libro que habíamos enterrado en el jardín de casa con
la caída del gobierno democrático y recuperado 18 años después por nuestros
hijos”.
“La muestra se completa con esculturas de todas las épocas”,
dijo la artista marplatense y agregó “son un total de 10 y las del último período
de creatividad están vinculadas con la naturaleza y trabajadas en resina poliéster”.
Valdés también utiliza hierro y quebracho. En cuanto a la
escultura titulada “Familia” relató que “representa a mi familia y fue
realizada en quebracho que fueron durmientes de ferrocarril; lo que es hierro
fueron restos de barco que yo misma iba a buscar al puerto”.
“En las cosas que hago expreso siempre lo que siento y
vuelco parte de mi vida y de lo que ocurre en la sociedad. Tengo trabajos muy
diferentes de los años 60 hasta la actualidad, según lo que fue viviendo
también fue expresando a través del arte”, explicó la destacada artista
plástica.
En los años 60 y principios de los 70 relató que su obra era
“muy cinética con mucha luz, color movimiento sean pinturas grabados u objetos,
en cambio avanzando los 70 y en los 80 la realidad se modificó y lo que expresé
estaba en consonancia con eso”.
Tras una rica trayectoria de muestras en todo el país, en
2003 su arte llegó a Italia. Allí se presentó a un concurso en la ciudad de
Salzano, en Venecia donde ganó un primer premio y realizó un monumento a los
derechos humanos, un homenaje a nuestros desaparecidos.
Se trata de una escultura en acero corten de 3.000 kilos de
peso emplazada en un paseo llamado Piazza Mar del Plata frente a la iglesia de
la ciudad.
“Mi primera muestra fue en 1965 en la Galería del Mar en
pleno centro de Mar del Plata era todo arte óptico, forma color y mucha luz
–recordó-, no trabajo sobre un proyecto, cuando empiezo a trabajar no sé muy
bien qué es lo que voy a hacer”.
Su formación fue en la Escuela Martin Malharro desde 1961
hasta el 2000 en que se retiró tras años
de docencia en la escultura.
Su último trabajo fue un monumento a los trabajadores de la
salud desaparecidos en el hospital El Cruce de Florencio Varela, donde
recientemente inauguró una escultura denominada “Por la Memoria”, que se
encuentra emplazada en los jardines del establecimiento.