"Sacco y Vanzetti. Dramaturgia sumaria sobre documentos
sobre el caso", una destacada y exitosa producción del Teatro Nacional
Cervantes, ganadora del premio Estrella de Mar 2015 en el rubro drama, se
despide definitivamente de la temporada estival del Teatro Auditorium. Es así
que el lunes 9 de marzo a las 22 ofrecerá la última función en la sala Astor
Piazzolla.
Con gran convocatoria de público que se mantuvo constante
desde su estreno, y nueve nominaciones al destacado galardón que cada temporada
reconoce las mejores producciones artísticas que se presentan en esta ciudad
balnearia, la obra llega a su fin y se presenta con un importante elenco de
destacados artistas bajo la dirección de Mariano Dossena y con la autoría de
Mauricio Kartun.
Música original y dirección musical de Gabriel Senanes y
escenografía de Nicolás Nanni.
Los músicos del espectáculo son Paula Pomeraniec, Daniel
Gilardi, Matías Grinberg y Gaspar
Scabuzzo y la voz en off es de Horacio Peña.
Con el objetivo de que el público tenga la posibilidad de
acceder a un espectáculo de jerarquía, las localidades están a la venta a
precios populares a partir de los 60 pesos.
Alentados por el sueño de la prosperidad en América, a
principios del siglo XX, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzzetti llegaron a Estados
Unidos como tantos italianos.
Zapatero uno, vendedor de pescado el otro, se conocieron en
los alrededores de Boston donde vivían humildemente soportando las condiciones
laborales que imponía el sistema norteamericano en aquellos tiempos, sobre todo
a los inmigrantes.
Pensando en reivindicaciones se unieron a un grupo
anarquista. El 15 de abril de 1920 fueron encarcelados, acusados de asesinato y
robo a mano armada. Durante el juicio no se aportaron pruebas contundentes que
los inculparan, sin embargo fueron condenados a morir en la silla eléctrica. La
sentencia generó protestas de grandes sectores sociales y el aplazamiento de la
ejecución varias veces, pero el 23 de agosto de 1927 se hizo efectiva en
Massachusetts.
Cincuenta años después, Mitchell S. Dukakis, entonces
gobernador de ese Estado, rehabilitó la memoria de los dos italianos y
reconoció formalmente que Sacco y Vanzetti eran inocentes.