Basada en la historia del primer asesino serial de la
Argentina, “El Petiso Orejudo”, recorre la leyenda de este homicida de menores
cuya vida termina en la violenta cárcel de Ushuaia, allá, en el fin del mundo.
Del procesado informaban los médicos que era un alienado
mental, degenerado hereditario, en quien primaban los instintos de la vida
animal. También decían que su caso se veía agravado por el abandono social del
cual fue víctima durante toda su vida, aunque tampoco estaba en condiciones
psíquicas para quedar en libertad.
Quedó detenido a los quince años siendo acusado de cuatro
muertes, siete intentos de asesinato y el incendio de siete edificios. Estando
preso en la cárcel de Ushuaia murió el 15 de noviembre de 1944 por causas
dudosas.