La
pieza está inspirada en "La filosofía en el tocador" (1795) del
Marqués de Sade que reflexiona sobre la moral imperante que rechaza el
principio del placer como motor de desarrollo del ser humano. Sade (1740-1814),
aristócrata que vivió los cambios radicales de la Revolución Francesa y pasó la
mayor parte de su existencia recluido en cárceles y manicomios, escribió
numerosos textos impregnados de una filosofía libertina que propugna la
libertad absoluta, al margen de cualquier religión, ley o moral.
El
elenco junto al puestista, realizó una profunda investigación escénica sobre el
verdadero valor de sus palabras en relación con la corporalidad y el juego en
el espacio. Así el mundo íntimo atrapa por su tremenda carnalidad. En un ámbito
casi despojado cada texto, cada acción y hasta cada gesto perturban por su
calidad dramática y cómica, a la vez. Más allá del género, todos los personajes
son interpretados por hombres porque, si bien se emplean gesticulaciones y
modismos propios de fines del Siglo XVIII, la impronta es la actual donde las
fronteras, en términos de sexualidad, se ampliaron y reflejan la diversidad de
posibilidades que adquiere la forma y ética del deseo. Pero fundamentalmente,
de lo que se trata, en definitiva, es lanzar desde el escenario una invitación
a enrolarse en la ideología de la Libertad; así, en mayúsculas.
El
elenco está integrado por Ezequiel Rodríguez, Santiago Magariños, Hervé Segata,
Manuel Melgar y Francisco Tortorelli.
Por
su parte Alejandro Ullúa es recordado por obras como "El corazón del
incauto", "Judy...", "Todos los judíos fuera de
Europa" y "Canciones de Cabaret", entre otras.
Se
informa que esta obra puede herir la sensibilidad religiosa, moral e ideológica
del espectador. Queda bajo su decisión ingresar a la misma. No aconsejable para
menores de 16 años.